¿QUÉ HARÍA EN LOS CERROS, EL PARQUE NATURAL Y LA RIBERA DEL RIO HENARES?
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17 Comments:
El alcaudón real contempla el monte desde lo alto de una rama. Es primavera y el entorno se va poco a poco despertando tras el reposo invernal. Las espectaculares mariposas comienzan a revolotear entre las hierbas de las siete sangrías y las ahulagas floridas. Las cleopatras, de intenso color amarillo limón, se mezclan con las hermosas atalantas y agitan sus alas al ritmo del canto de los carboneros.
Bajo los agradables rayos de este sol primaveral empiezan a brotar las yemas nuevas de la coscoja. El arrullo de las palomas torcaces y el musical canto del mirlo acompañan al rey del bosque, el azor, que majestuoso sobrevuela el monte.
Mientras tanto, en el suelo, el lagarto ocelado toma el sol. A pesar de su agresivo aspecto y de su gran tamaño, este joven pronto huirá ante cualquier eventualidad. Un sobresalto nos espera en el camino. Es la lagartija colilarga, que se esconde bajo la hojarasca, sorprendiéndonos al oírla correr.
El día transcurre apacible y, poco a poco, el monte se va llenando con los sonidos del atardecer. A medida que nos acercamos al agua remansada de la cuesta detectamos la actividad de unos pequeños animales. Es un maravilloso concierto el rítmico sonido metálico del sapo corredor. De pronto, una repetitiva nota aflautada nos confunde, ¿es el autillo?. Es lo que inunda el monte en primavera y lo que oyen las crías del búho en su nido. Es una de las marcas del comienzo de un nuevo ciclo.
Si el invierno pasado ha sido estable, con el calor llega el color. Las moradas flores de la moríscola y las amarillas del jazmín en sus vaguadas salpican los cerros con sus alegres colores. El calor va haciéndose cada vez más intenso y, en circunstancias normales, la lluvia debería acompañarnos de cuando en cuando. Las barrancas dejan discurrir el agua y el paisaje estático de repente se vuelve dinámico.
Quienes nunca van a fallar van a ser las currucas, auténticas protagonistas sonoras de los cerros e inseparables acompañantes nuestras, unas durante todo el año y otras sólo durante el caluroso verano, como la curruca tomillera de los barrillares, aunque siempre muy difíciles de ver.
El calor aprieta y el bosquete húmedo del manantial previo al Cerro Colorado ofrece un ligero respiro en el monte. Herrerillos, papamoscas, verdecillos, verderones, mitos y ruiseñores mezclan sus cantos y su presencia, cruzando de árbol en árbol ante nosotros y en la espesura, en la sombra, el descansadero de los jabalíes.
Las abejas, afanosas en su labor diaria, nos preparan su mejor miel. Pero, revolotean nerviosas. Se avecina una tormenta.
Tras la calma vemos arriba, en lo alto, una pareja de águila real de vuelo impecable y belleza singular, que planea inspeccionando el terreno en busca de alimento y, sobre el vertedero, cientos de milanos negros en su parada hacia sus cuarteles de invernada en África.
Día a día, las horas de sol se van reduciendo y el otoño se anuncia.
Nuevos visitantes se acercan a nuestro monte para reponer fuerzas en su largo camino migratorio. Son aves de paso como el colirrojo real y la curruca zarcera, que se detienen en este monte para luego dirigirse a sus lugares de invernada. De pronto: “ gru-gru-gru”, cientos de grullas en formación vienen del norte de Europa a pasar el invierno en la Península. Hay que reponer fuerzas, comer bellotas y prepararse para el vuelo de vuelta antes de la primavera a las zonas de cría. Muchas pasan por Alcalá y en un mismo día hasta cerca de tres mil.
Tras el seco y caluroso verano, los arces de montpellier tornan el color de sus hojas y sus ramas, pobladas de hojas verdes en verano, se van tiñendo de rojo.
La luz también es diferente. Los inclinados rayos del sol se reflejan en el rojo arcilla del paisaje. Y Azaña decía: “El poniente repinta el carmín de los visos; los cerros se hacen ascua. Veladuras de rosa ennoblecen la compostura viril de los barrancos”. Algunas nubes amenazantes anuncian las primeras lluvias otoñales.
Con ellas aparecerán los nuevos frutos del bosque. Las amanitas, las setas de chopo, las de pie azul. Un mundo apasionante. Y junto a los buscadores de setas los visitantes habituales de los cerros: los ciclistas, los senderistas y los esforzados fondistas.
Poco a poco, las noches se alargan. Llegan las primeras heladas y, a veces, la nieve. El frío. Es el invierno del reyezuelo listado, del confiado petirrojo y del zorzal. Y allí, en su atalaya, el alcaudón real sigue contemplando el monte. El tiempo no se detiene. Se ha cumplido un ciclo más.
Así es como tiene que seguir siendo el parque, pero las repoblaciones masivas que se han hecho y las que están previstas, así como algunas pistas forestales erróneas como la del barranco de la Zarza pueden hacer que este Parque quede relegado a un espacio verde sin interés ecológico.
El parque de los Cerros de Alcalá de Henares es una de esas cuestiones olvidadas reiteradamente, pero que de vez en cuando recupera actualidad cual estrella fugaz (la última fue que todos los grupos políticos aprobaron una moción para conseguir una mayor protección).
Por si alguien no lo sabe, se trata de un parque enclavado en la otra orilla del Henares, ocupando la mayor parte de un monte de utilidad pública (aunque alguna zona concreta tiene una protección más elevada). En sus faldas, existen una serie de fincas agropecuarias.
Mi propuesta para el parque de los Cerros sería la siguiente:
En principio señalar que si bien no me he pateado mucho el parque, si he montado en bicicleta bastante por él (por si alguien observa alguna subjetividad al respecto).
Lo primero que sería necesario es un acceso seguro desde Alcalá hacia el parque, porque arriesgar ahora la vida por el puente con la cantidad de tráfico existente es un poco de locos. Se podría estudiar alguna pasarela en alguna zona cercana, así como imponer un derecho de uso (con indemnización por supuesto) a las fincas de abajo, de manera que se pueda acceder por un camino seguro.
Lo siguiente sería acondicionar la zona baja (para entendernos lo que está a la entrada bajando y todo el camino ancho que sigue un par de kms.). Se podría estudiar la posibilidad de poner incluso alguna zona infantil, habilitar merenderos o similares (pero sin barbacoa que luego pasa lo que pasa). También sería interesante que en esa zona se marcara una pequeña ruta adaptada para los más pequeños (con paneles explicativos sobre flora, fauna, orogenia...)
Para la zona superior, pienso que no se debe proceder a una adaptación específica más allá de las podas necesarias (por cierto, sería recomendable que el resultado de la poda no se deje en el mismo lugar, porque como algún día haya un incendio aquello puede ser un combustible letal) así como el mantenimiento de los caminos existentes. También se podrían marcar rutas por esta zona, pero ya de cara a rutas de media(5-10 Kms) y larga distancia (10-20 km), más destinada al público adolescente y adulto. Sería interesar poner algún panel o editar folletos explicativos. Estaría bien que no sólo pensemos en la Sierra como naturaleza y aprendamos a apreciar también lo que tenemos cerca.
Y ya de cara a los ciclistas, recordar que no se deben abrir nuevos caminos porque perjudica a la naturaleza. Además recordar que los caminos son de todos, así que si ves un senderista vete frenando y saludale. Esto facilitará la convivencia entre todos.
Alcalá necesita una carretera de circunvalación que absorva el tráfico de los pueblos del sur de la región y los de Guadalajara. Por la zona sur de Alcalá debería atravesar necesariamente el Parque de los Cerros. La zona en la zona del Parque de los cerros se quieren poner molinillos de aire, yo oi en tiempos que era buen lugar para trabajar energía atómica, que en España no ha dado ningún problema. También haría falta en Alcalá un residencial que atrayera a toda la gente de clases medias altas, de los pueblos del sur y de esa manera no tuvieran que atravesar el Gurugú. El parque natural es un paraje feo y perdido, del que se puede sacar provecho para generaciones venideras si se hace alguna de las propuestas que he dicho. El río lo normal sería entubarlo, como con el manzanares, para recuperarlo para los vecinos como piscinas naturales.
O neoecologista trata de provocarnos a todos o es que detrás de su seudónimo se esconde el Sr. Peinado (al que le parecía de lo más normal usar el parque natural de Anchuras como campo de tiro)...Bromas aparte, yo creo que los Cerros son un auténtico privilegio para todos nosotros y deberíamos ser capaces de legárselo a nuestros hijos, al menos, como nosotros hoy los conocemos.
Yo suscribo el recital botánico y zoológico de albardín pero además quiero responder a tirso porque se equivoca radicalmente en algunas de sus afirmaciones.
Si realmente queremos conservar el parque de los cerros por favor....pasarelas nOOOOO!!!!
Como bien dices, la bici está muy bien pero hay que patear más...a este lado del rio, por toda la zona de "la isla" los garcía etc. la presión humnada, de basuras literamente existente, son abrumadoras. NO podemos hacer que esa presión de la ciudad cruce con facilidad al otro lado o será pasto de lo mismo.
No merenderos...no pasarelas...disfrutemos del espacio tal cual está que ya está degradado, y sobre todo en muchas ocasiones con actuaciones de la C.M. com las famosas pistas que comenta albardín. Mejoremos la conservación y disfrutemos de un espacio pero en estado puro. Demasiado alterado se encuentra ya tan solo con nuestra presencia y la gran actividad humana tan cercana que cerca todo el espacio natural por los cuatro puntos cardinales.
Invirtamos con cabeza y de forma racional para mejorar no para "utilizar" en el sentido mas peyorativo este espacio.
Buena parte de las fauna sobre todo ornitológica que se encuentra en este espacio, se encuntra protegida de la actividad humanda del otro lado del Río gracias a que puede pasar facilmente al lado del parque de los cerros donde tener un lugar más tranquilo; de lo contrario no exisitirian, simplemente.
Tengamos mucho cuidado con lo que hacemos.
Sensibilizar, y disfrutar de un espacio no se logra con merenderos y barbacoas; pero si degradar.
Tocarlo lo justo; protegerlo al máximo; darlo a conocer y dejarlo usar con cabeza. Eso, y mantenimiento, limpieza y paneles informativos para que la gente lo conozco y quiera. Poco más hay que hacer allí, en todo caso poner vigilancia forestal y alguna pasarle -si mag- pero solo a las puertas del Parque Natural para que los ciclistas no se maten al pasar por el puente del Zulema. Saludos
Mejor que los políticos no lo toquen (que en donde los políticos menten las narices lo joroban).
Dejarlo como está. Hacer una pasarela para ciclistas y cortar el cable del poste antes de que alguien se rebane el cuello.
Como mucho abrir senderos (sólo senderos, no pistas tipo autopistas).
Continuar con el plantado, (aunque sean pinos que le vamos a hacer)
Nada de mesas ni merenderos ni un gramo de cemento, que todo comienza por construir una caseta para el perro y acaba en macrourbanización. (tomesé como ejemplo el nuevo ferial, que nos dijeron que sería Casa Campo II, y ya veis)
Desde el Neoecologismo planteamos poner los recursos al servicio del hombre, porque consideramos que toda acción humana es obra y responsabilidad de la sabia Naturaleza.
Que barbaridades unos se pasan y otros no llegan, lo mejor sería hacer un gran parque cínegético, introducir nuevas especies, para el noble arte de la caza, el mismo Rey vendría a inaugurarlo. Las colinas se podrían aprovechar para hacer unas montañas rusas que introduzcan a los participantes, e incluso que pudieran disparar desde los mismos vehículos articulados. Sería dar un orden natural equilibrado a la zona.
Prohibir arena,cemento y ladrillo.
MAS PROTECCION y menos ESPECULACIÓN
eeeehhheeee
Neoecologista, ¿podrías traducir lo que dices? Supongo que te has leído un tríptico de algún grupillo y lo has soltado sin más....
Lo primero sería realizar un paso sobre elrio en condiciones de seguridad y salubridad lo mas cercano a la carretera posible, porque si que es cierto que si se facilita el paso a los cerros en demasia acabara siendo un estercolero un nuevo lugar para el incivismo, vandalismo,etc.Por lo que un paso en la isla de los garcia o de los colegios degradarian mucho nuestro parque. En cuanto a las actuaciones en el mismo parque no plantaría ni un pino mas al menos sin plantear la idea de que los cerros son lo que son hay lugar para bosques pero no masificados y ya hay pinos mas que de sobras, alguna encina, algun chaparro tienen cabida pero no mucho mas. Mantener lo que hay, con un poco de limpieza y sin crear mas avenidas que esas las reserven para espartales sur.Hay que poner paneles informativos, señalizar rutas y porque no quitar las lineas de alta tensión y que pasen junto al oleoducto de villalvilla o las entierren.
Regenerar la fauna pues desde mi simple punto de vista el ecosistema esta degradado hay escalones inesistentes faltan depredadores y algun mamifero de porte medio. Y hay sobrepoblación de conejos...
Asfaltar gran parte del Parque de los cerros haría más respirable la zona, además de evitar los molestos polenes, evitariamos así gran parte de las urgencias hospitalarias de primavera. No sería ninguna locura.
Más que filtro de pólenes, hace falta aquí un filtro para bobos. Seguro que el ultimo neolerdo no hubiera podido escribir esa pavada. Yo creo que toda esta zona hay que tocarla poco: con dejarla a su aire irá bien. Lo más fácil a veces es lo más dificil. Miren lo de Chiloeches o los Santos, es una vergüenza que quieran construir tan cerca del Henares, o lo del oleoducto que el ministerio quiere meter en las estepas del Henares. Eso si que hay que combatirlo.
Un oleoducto que no supone ningún mal, ya que va enterrado. Pediría que supriman el artículo anterior de corriente porque impide mi libertad de expresión. Tenga un respeto, como yo a usted
A usted le respeto; lo que no respeto es esa opinión. Y tampoco la que da sobre el oleoducto, que es una barbaridad. Un saludo
Pues entonces no insulte, señor corriente.
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